sábado, 9 de mayo de 2009

...encontrar las acertadas

La libertad no necesariamente ha de ser definida como la ausencia de confinamiento y restricción. Si tienes aptitudes para la música, probablemente practicarás, practicarás y practicarás durante años para tocar bien el piano. Esto será una restricción, una forma de limitar tu libertad. Habrá muchísimas cosas que no podrás hacer, la disciplina y la limitación harán que puedas desarrollar esta habilidad que de otra forma quedaría oculta. ¿Qué has hecho? Has perdido deliberadamente tu libertad para dedicarte a hacer algo que te ha ayudado a conseguir una mejor libertad, con la que podrás lograr otras cosas.

Esto no significa que la restricción, la disciplina y las limitaciones tengan que ser libertadoras. Un pez, como absorbe oxígeno del agua y no del aire, solo es libre si está dentro del agua. Si lo pusiéramos fuera en el césped, su libertad para moverse e incluso vivir, en lugar de ser aumentada sería destruída. Los peces mueren si no aceptamos la realidad de su naturaleza. Las disciplinas y las limitaciones, por lo tanto, nos liberan solo cuando encajan con la realidad de nuestra naturaleza y con nuestras capacidades.

En muchas áreas de la vida, la libertad no es tanto la ausencia de restricciones, sino el encontrar las acertadas. Esas que encajan con la realidad de nuestra naturaleza y las que nos ayudan a desarrollar nuestras habilidades, a sentir un gran gozo y sentirnos llenos.