miércoles, 26 de diciembre de 2012

De regalos

Odio los regalos. No hay nada que me guste menos que buscar un regalo, o recibir uno que ni me guste, ni me haga falta. Qué egoísta suena a primeras, espera a las segundas. Tómate dos segundos en leer porqué.

Odio buscar regalos por obligación. El mejor regalo es aquel que se encuentra cuando paseas por una calle o miras por una tienda, ves algo y piensas en esa persona a la que le encantaría. No hace falta más, coges y lo compras. Ni dolores de cabeza ni frustraciones. Casi es mayor tu felicidad al darlo que la de la persona en cuestión al recibirlo. Para estos regalos, por supuesto, no hay fecha indicada ni excusas que valgan. Nada de "más vale tarde que nunca" al referirse a un cumpleaños pasado, no. Los verdaderos regalos son los que se dan sin razón, sin esperar nada a cambio, sin obligación.

Odio que me regalen cosas que no me gustan. Por un lado, me obligas a agradecerte con una sonrisa forzada que te hayas gastado un dinero en mí, que bien hubiese ido a otra causa. Pero sobretodo, significa que no me conoces. Desde luego, no pasa lo mismo con los regalos personales. Un marco de foto y una dedicatoria, una postal enviada desde un país lejano. Esos son detalles que, aunque sean dados en fechas "obligadas" implican mucho más que el mero acto de regalar algo. Son detalles cuya belleza van más allá del físico/utilidad de lo regalado. Estos, por inútiles o estorbos que puedan ser, siempre serán de agradecer.

Ahora llegamos a la tercera parte del asunto; la de diferenciar entre el precio de un regalo y su valor. Lo típico, ponemos 10 euros cada uno para el bote y compramos algo. Qué más da qué, la cosa es poner el dinero que se tiene que poner por obligación moral y compramos lo que sea. No te engañes, sabes que lo pones por no quedar mal. (Siempre hay uno que se escabulle de pagar al final, pero queda bien igualmente) Quien dice 10 euros dice 50: por lo visto la cantidad de dinero que inviertas es proporcional al grado de amistad que tengas con la persona. (¡¿enserio?!)

Vayamos al valor. Directamente proporcional a lo explicado anteriormente (excluir siempre los detalles personales). Días señalados: valor=1. Tu cumpleaños (con fiesta/invitación): valor=2. Tu cumpleaños (sin fiesta) valor=3. Todos suspendidos. El regalo que valoro (el valor, como otras muchas cosas, depende de cada uno) es aquel que como he dicho, se da sin razón alguna o, en una ocasión señalada, se da con un trabajo personal detrás, es decir, hecho a mano o por el estilo, ya me entendéis. Lo primero significa que esa persona te conoce y te tiene presente. En el segundo caso, ya puede ser la cosa más fea del mundo, puede ser la cosa más inútil que exista, pero implica que alguien a invertido SU tiempo en Tí.

Mis ideales en cuanto al tema, como veis, los tengo claros. Si el mundo pensara más así habría menos devoluciones en Navidad y más pequeñas alegrías repartidas por todo el año. El problema, amigos, es que no todo el mundo piensa así. El problema es cuando llega una ocasión señalada todos esperan su regalo. Perdón por adelantado si les defraudo. Hasta hoy me he debatido entre dar regalos que me gustaría recibir o que les gustan a las personas que lo reciben. ¿que tontería mas grande, no? Pues a mí me supone un gran esfuerzo. La teoría es facil: el regalo no es para tí, es para hacer feliz al otro, regálale lo que quiere. A la práctica me implica un dilema de si alimentar el consumismo y la superficialidad de algunos regalos, la mayoría meros caprichos, o recatarme a mis ideales ya expuestos. Comprad el regalo, que yo traigo la tarta. Comprad lo que ella quiera, que se os dará mejor que a mí.

 A cada año que pasa me reafirmo en mis creencias y a cada año que pasa me cuesta más pasar por estos dilemas.

martes, 11 de septiembre de 2012

Verano 2012 (part I)

Llevaba días esperando el momento de escribir. Ansiaba que llegara esa brisa de inspiración que me hiciera capaz de reflejar por escrito, para la prosperidad, lo vivido este verano. Busco una banda sonora y dejo que mis dedos empiecen a escribir... Junio: el caos. Último mes que vivía con 2 de las mejores amigas que he tenido, tengo y tendré. El final de 2 años de convivencia. De noches hablando en mi cuarto, en el suyo o en el otro. De comidas y cenas, de fiestas, de horas de estudio y trabajo, de risas y llantos. De esto que coges cada segundo del día y lo multiplicas por cien para saborear cada instante que te queda. La nostalgia al descolgar las fotos de tu habitación. La decisión de tirar lo material a la basura y quedarte con lo mínimo porque, de ahí en adelante, vas a andar sin rumbo fijo. Pequeños sacrificios por una gran recompensa: Argentina. Aprender a seleccionar lo que cabe en tu mochila, como preludio de lo que te queda por vivir. Exámenes. Horas de estudio pasando hojas con letras que no llegas a asimilar. Horas en las que, más que nunca, dejas la mente divagar: el amor platónico del mes. Italia. Interrail. Y esto que no te das cuenta y llega el 31. Acabas el último examen y vas a la estación de sants a por tu pase de Interrail. Y te lo empiezas a creer. Saboreas un helado para celebrarlo y corres a hacer cajas y maletas, que esta noche queda algo por hacer. Un paseo, largas charlas y sensaciones extrañas, dudas. Se volverá a repetir. Son las 3 y vuelves a casa para dar un último adiós y desear un feliz verano. Sólo te queda una hora para dormir y hacia tu primera parada: Milán. Me faltan horas para vivir.

domingo, 17 de junio de 2012

De hacerse mayor

Nos hacemos mayores el dia que dejamos de soñar, y empezamos a vivir. El día en que dejamos de aferrarnos a lo que hay, y empezamos a decidir por nosotros mismos. Nos hacemos mayores cuando somos capaces de dejar a un lado, que no atrás, todo lo que tenemos, para arriesgarnos y entregarnos a vivir nuestros sueños. Porque nunca vienen regalados. El día en que decidimos luchar y sacrificarnos por lo que queremos, y que afrontamos el miedo al qué pasará. Son cosas que no ocurren de un día para otro, ni de un mes al otro mes. Pero de pronto, llegas a sentirte más ser del mundo y menos parte de la humanidad. Pero cuidado, no permitas que te confundan. En el mundo hay mucho hombre que se hace pasar por mayor. Que no te engañen. Se camuflan con la misma ropa y suelen tener un concrato vitalicio bajo el brazo. Si te fijas, notarás un reflejo de resignación en la mirada un tono solemne en su voz. A mi siempre me gustaron más las piezas únicas, homemade, que las muestras de catálogo. Quizá por esto siempre me ha gustado ir a los mercadillos. Quizá será que me estoy haciendo mayor.

domingo, 29 de abril de 2012

Qué creerías que harías si tomaras la poción deshinibidora?

Ando hoy por casa, en una de esas escapadas que acontecen para evadirte un rato del mundo. Calladita, sin molestar a nadie, me cojo un buen libro y me siento en la terraza mientras el mundo sigue a mi alrededor, ajeno a mi. Llega la noche y, a falta de yasabesquien con quien pasar horas hablando sin hablar, me pongo a escribir sin escribir, y esto es lo que sale. Verdaderamente hacen falta estos días. Hacen falta para ordenar en su mínimo común posible el caos de nuestra vida y, si bien no hace falta poner barreras, van bien para establecer un sendero con señales y flechitas que te oriente a donde quieres ir. Más de una señal de PROHIBIDO EL PASO me he comido con patatas, y aqui no hay mosso que te clave 100 euros por poner en peligro tu vida, ni que sea en bici. Así que en estas estamos, escribiendo mucho sin decir nada. Demasiada práctica he cogido en los exámenes. Si es que ha sido ponerme ha pensar en cosas "serias" e irme por las ramas, así sucede y así lo he contado. Total: a) Me gustaría que yasabesquien no me tomara por una yasabesque. De hecho preferiria tener a otro yatusabes para que se joda, un poquito, sí, tal cual. b) Lo que quieres, te ata, lo que te ata, te impide volar. y eso... que ya no me centro... que me he puesto a ver monologos...

miércoles, 29 de febrero de 2012

Confesiones (I'm devil)

Empiezo a creer que el problema del mundo soy yo. Soy yo, egoista. Soy yo, inconsciente y descuidada. Simple y llanamente yo.
Soy yo, que tengo días malos y las tomo con el primero que se cruza por la puerta.
Yo, que me trago mucho y lo suelto de golpe, todo junto, con propina incluida.
La que hace las cosas sin pensar las consecuencias.
La que se da batacazo tras batacazo y sigue sin aprender de sus errores.

sábado, 25 de febrero de 2012

People don't change

No cambiaría mi vida por nadie. No solo eso, sino que no podría vivir de otra manera. Nunca dejaré de nadar en playas desiertas cuando tenga la oportunidad, ni dejaré de desearlo tras vivir sucumbida un tiempo en el estrés de la ciudad. Nunca dejaré de ser torpe, y aunque lo odie, espero nunca dejar de dudar de cada decisión que tome en mi vida. Porque el dia que deje de dudar, dejaré de ser una parte de mi. El día que sepa algo con total claridad será porque he dejado de lado oportunidades, visiones, o a lo mejor simplemente he dejado de lado un sabor de un helado para elegir otro. Pero ese dia habré dejado de lado algo. Dudo, porque no se elegir de todo lo bueno lo mejor. Porque en cada cosa que tengo la oportunidad de hacer le veo una salida y un lado positivo. Tengo miedo de dejar de dudar, aunque tanto lo odie. Y sí, espero que nunca dejé de sentirme yo, por nadie. Porque una vez cometí el error de querer a alguien al que yo moldeaba para mí, discutiendo para que fuera así.

http://www.youtube.com/watch?v=6QyVil0dwhk

martes, 7 de febrero de 2012

de decisiones

Soy una tia indecisa, y de cojones. De esas que tira la moneda para dejar su decisión en manos del azar y después hace lo contrario a lo que le toca. O lo mismo. Depende. Que si tengo ganas de salir de fiesta o me da palo, que si quiero irme a Argentina o a Alemania... que si me apetece tirarme un pedo o no.

Ya veis, a todo esto no puedo echar en cara que la gente dude. Ni mucho menos. De hecho, he aprendido a admirar la capacidad de algunas personas de tener las cosas claras. O mejor aún, a aquellas persona que, a pesar de dudar, son capaces de llevar adelante una decisión. Por dura que sea, por muchas consecuencias que acarree, por mucho que puedas tomar el camino equivocado...

Porque casi un año después he aprendido a admirar a una de las personas que más he querido en mi vida. Parecerá una locura, pero le agradezco la decisión que tomó: Me dijo que me dejaba y se aferró a su palabra. Sin explicaciones, sin porqué, sin terceras personas.

Y he tardado un año en darme cuenta porque porfin he pasado la fase de llorar, la de no salir de la habitación y no comer, la de rogarle que vuelva, la de enviarle a la mierda, la de no hablarnos, la de intentar ser otra vez buenos amigos, la de no hablarnos de nuevo, la de volver a discutir... y, finalmente, cuando ya crees que lo has pasado todo, la de volver a liarnos.

Quizá me hacía falta esa noche para darme cuenta que tampoco fue facil para él. Claro que echó de menos. Seguro que algún día pensó en volver. Pero aún asi, tuvo el valor de cortar por lo sano sin mareos, sin miramientos. Sin necesidad de que el mundo decidiera por él.

Que tu juegues con los dados, no te da derecho a jugar con los de los demás

sábado, 28 de enero de 2012

De conversaciones de piso, un año después

Estás en esas que estás pero no estás. Y vuelves y ahi andas.

Ya no me sorprende nada. Imprevisible.

Necesito espejos en donde mirarme de vez en cuando. Y a falta de ellos, amigas. Son esas que te dicen las cosas como son, cuando pareces no ver los cristales tan transparentes. Cuando, más bien, ves menos que tres en un burro.

Por que, parece ser, así voy siempre por la vida. Ya no me basta con no tener tercera dimensión, que no valgo ni para lo de carne y hueso.

Y como pensar sobre el sentido de la vida cansa, y cuesta sacar conclusiones, lo resumo en que:

A) Supone un esfuerzo recuperar a un amigo. Por algunos, vale la pena hacerlo.
B) Aquí tenia que poner algo así como una pequeña descripción de mi extraña manera de ser
C) Futuro del año que viene?
D, E ... Z) No se que coño hacer con el tema de mi ex.