martes, 26 de octubre de 2010

dura como el cristal

Y tú me preguntas porque soy así? Y me echas en cara todo lo que hago? Perdona, déjame que te explique algo. Cada vez que lloro mis lágrimas cristalizan a mi alrededor. Son cristales gruesos y apenas transparentes, pero no son tan duros como quisiera. Aguantan, pero acaban rompiendose. En mil pedazos o en dos, depende de los que a ti o el hecho en cuestión os de la gana dejarme. Pero mira, tengo esa suerte de que una cosa va detrás de la otra y, tras romperse y caer a llorar, mis lagrimas vuelven a cristalizarse y vuelve otra capa, más dura que la anterior, y más me encierra a mi en mí misma. Es lo que tiene.
Podria explicartelo de mil maneras diferentes. Podría haber optado por dibujarte un croquis, por enviarte a la mierda con una postal, o por simplemente hacer como si no hubiese pasado nada. Pero mira, soy de esas a las que le da por escribir y encima, te regalo una metáfora.
Asi que en eso estamos, como dice una buena amiga, aqui ya nadie te canta nanas. Para cuidarse a una misma, dos consejos:
1. créate un cristal bien duro,
2. Nunca dejes que te hagan sentir cosas que no eres.

domingo, 24 de octubre de 2010

¿dónde está mi caparazón de cebolla?

Me costó años y años construirlo y veo que por momentos se me desvanece. Lo veo en mis sonrisas que no van acompañadas de carcajadas. Lo noto cuando me veo pensando en ello, demasiadas veces. Tanto trabajo para nada. Para que vengas y lo heches todo a perder. Y no, no creas que es bueno, no. No es bueno que quiera pedirte que te quedes cuando te vas, ni que me siente mal que lo hagas. No me gusta querer decir más cosas de las que digo, o que me las digas. No quiero querer echarte en cara cosas que no deberían importarme, que ni dichas por escrito. No es bueno, no, ni que esté escribiendo esto...

viernes, 1 de octubre de 2010

hagamos como que no ha pasado nada

Otra vez.
Yo me tragaré mi orgullo y fingiré que no fui rechazada por decimosexta vez. Me diré a mi misma que eso nunca ocurrió y volveré a esperar con ganas que llegue otra noche para estar contigo, y que tu también lo quieras. Haré como que nunca ha existido el miedo a que me rechaces, ya que siempre hemos sido sólo amigos. Nunca he sentido nada por ti, ni nunca he llorado, ni salido huyendo.
Ahora corre, ve, y échame en cara todo lo que no te he dicho. Grítame que nunca fuiste invitado y que me das exactamente igual. Vuelve a echarmelo en cara. Que mientras una se esfuerza, poco a poco y aunque no te des cuenta, no recibe ni una sonrisa, ni un gesto de cariño, ni un mensaje de respuesta.
Porque lo de un dia si y otro no, no vale, ni me sirven discusiones por msn. Joder.
Ahora hagamos como que no ha pasado nada, si quieres.