martes, 24 de noviembre de 2009

Sobre mí,


Tengo tatuado un caballito de mar en el tobillo.

Hace poco más de 19 años estaba entre algo así como agua, y me obligaron a salir. De allí pasé a la bañera, a la piscina, al mar, y el agua pasó a ser algo más que un 95% de mí. Nací en Ibiza, más conocida como la isla de la fiesta y las drogas, aunque últimamente me identifico más con Menorca. De padre ibicenco y madre inglesa, soy la pequeña de 4 hermanos, pero nunca tuvimos demasiados lazos familiares. Desde los 3 años fui a un colegio de monjas en donde forjé mi carácter casi antireligioso, resultado de una adolescencia enfrentada a lo que prácticamente me obligaban a creer. Lo busqué, pero sinceramente, creo que Dios no tenía llamada alguna para mí. O tal vez sí, pero de otra manera: Nací con una mancha de nacimiento en la cara que me hizo estar entre médicos desde pequeña. Hoy estudio segundo de medicina. Al principio dudaba, y mucho. No me gusta la biología, pero hace sólo un año me recordé admirando a los de Médicos Sin Fronteras del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y quiero. Saber y ayudar. Tal vez contradictorio, pero muchas veces me planteo el beneficio de tanto desarrollo, fruto del ansia de saber, ganar, querer prolongar una vida que muchos ni tan siquiera viven de verdad. Me encanta la filosofía y envidio el saber medieval: ignorante, pero conocedor de todo, sin barreras, sin categorías. Mente inquieta, me gusta pensar en los grandes porqués de la vida y de los pequeños sinrazón de mi existir. Vivo todo lo que puedo. Adoro viajar, leer, escribir, hacer ejercicio, nadar. Porque los 10 años que llevo nadando y compitiendo han sido casi mi filosofía de vida, han forjado mi manera de ser. Me gusta la música variada, desde Bon Jovi hasta Orishas, pasando los Rolling Stones, los Red Hot, u otros como Robbie Williams o Maná ( destaco El muelle de san Blas, mi favorita de las favoritas). Identificarme con cada canción en el momento. Sentarme en un banco y ver pasar a la gente. Levantarme temprano para ver despertarse a la ciudad. Barcelona, mi segundo hogar. Me entristece el egoísmo en cada uno de nosotros y que se pierda el valor de las palabras. Soy enamoradiza, pero cuando quiero de verdad, quiero, y no son palabras vanas. Como quiero a mis amigos, los del regalo de los 19 años, los del tatuaje. Porqué a veces puedes decir todo lo que eres con una imagen. Sí, soy como un caballito de mar.