Thinkings and thoughts
miércoles, 3 de enero de 2024
Vínculos
lunes, 2 de enero de 2023
2022: ¡Soy propietaria!
miércoles, 29 de diciembre de 2021
Mi 2021 es Álvaro
Este año ha sido del amor. Ha sido del aprendizaje. Ha sido un año increíble en todos los sentidos.
He vivido mi segundo año en Melilla, y he visto que poco a poco ha pasado eso que tanto temía: he perdido la sensibilidad hacía lo desigual, lo injusto.
He ido a Chios de nuevo, reviviendo lo que es la PAZ de espíritu en un lugar que me conecta con la naturaleza y con la humanidad, y veo sentido a mi trabajo.
Y lo más importante de este año, es que he vivido la mejor relación de pareja que podía imaginar. Una persona que me ha enseñado a querer y a comprometerme, me ha enseñado mis defectos y mis virtudes. Hemos sabido comunicarnos en todo momento. Nos hemos tratado con respeto y cariño. Nos hemos cuidado como lo más preciado que teníamos. Nos hemos querido bien, muy bien.
A pesar de todo, ha sido un año en el que me he perdido. He dejado de sentirme satisfecha en mi trabajo y, a pesar de tener todo lo que se puede pedir en la vida, no estaba bien. Todo ello me ha llevado a reiniciar el camino del autoconocimiento: el eneagrama, Daniela, Cata, mi herida de abandono, mis eternas huidas hacia todos lados, mi miedo a la soledad, mi falta de raíces. He reconocido patrones y estoy trabajando en conocerme a mí para deshacerme del ego (ser la mejor médico, saber mucho, presumir de mi conocimiento...) para conectar de nuevo con la esencia que estaba perdiendo (el servir, el colaborar). Poco a poco me había metido en el mundo melillita, en el que uno trabaja para ganar mucho y cuanto menos trabaje mejor, en el encierre de mentes de aquí, en el ego de los médicos (y el mio), mis ambiciones, etc. Me estaba yendo de mi camino.
Y, sea “bueno o malo, quien sabe”, Álvaro y yo hemos decidido dejar de estar juntos. Pese a ser el hombre perfecto con sus imperfecciones, pese a quererle con todo mi corazón y a haber aprendido qué es el compromiso con él, hemos decidido que nuestros caminos mentales no iban por la misma onda (qué putada, la mente) y en vez de seguir el corazón, hemos puesto cabeza. Ambos hemos iniciado nuestro reencuentro con nuestro ser. Él, hacia un Dios que yo he sido incapaz de compartir. Y yo, conmigo misma. El dolor, el tirar la toalla, el verme sola de nuevo, lo GENIAL que era (casi) todo... cuesta, mucho. Pero intento verlo desde la perspectiva de un futuro. De hecho, a día de hoy pienso y leo todo lo vivido en estos tres años, desde Panamá (Alberto, Mario, Granada, Sevilla, Chios...) y se relativiza todo, intento. Dicen que el sentido de la vida es el amor, en todas sus formas, y parte de este autoconocimiento quiero que se base en transformar el amor que tengo hacia Alvaro en otro amor algo diferente. Amor hacia mí, y quererle tanto bien que acepte que se vaya por su camino para que sea feliz. Y la vida nos dará lo demás que quiera que nos demos: en un año, ya ha sido muchísimo.
Así que gracias, no puedo hacer otra cosa que dar gracias por todo lo vivido y aprendido este año. A mis amigos por cuidarme, a la vida por traerme aquí y sobretodo, a quien me ha dado tanto tanto tanto y me ha dejado ahora tan vacía (y por rellenar). Te quiero.
PD. Sigue habiendo pandemia, vamos ya por tres vacunas y 6º ola de COVID y mi hermana se ha divorciado. He tenido dos sobrinos más y mi padre está estable.
PD2. Y de cara al año que entra, la reflexión no será que ha sido de mí este año, si no qué he hecho yo con mi vida. Por cierto, antes de terminar, ya he tomado decisiones. 1. Ir a primaria, librarme del ego médico. Ya veremos qué tal.
jueves, 31 de diciembre de 2020
Fin 2020 - año del COVID
En mi intención de recopilar los eventos del año a modo de anuario de mi vida, me he dado cuenta de que los pasados 3 años no escribí nada. Pero este año pasará grabado en fuego en la memoria de todos por el año de la pandemia mundial por COVID 19. Pero antes de eso, recordar de dónde venía... dónde estoy... y dónde me lleva la vida.
2018-2019: últimos años de la residencia de Pediatría en Granada. Años difíciles por encontrar ese equilibrio entre mi profesión y mi vida personal. Trabajar en lo que te gusta y ser competente en tu trabajo vs tiempo libre, ocio y relaciones. Me fui a Panamá de rotación externa donde tal vez me enamorara por primera vez (o, al menos, que fuera correspondido). Terminé la residencia y se me plantaron por fín todas las posibilidades del mundo: tenía tiempo, dinero, 0 responsabilidades que atender más que la mía... ¿por dónde empezar? Pues, extraño que fuera, no tenía energía para irme a viajar, no tenía ganas de huir y descubrir el mundo. Necesitaba de hogar, de los míos y de estabilidad. ¿Volver a vivir a Ibiza? Me ofrecían un buen trabajo, en un buen sitio... pero mira, uno tiene que saber escucharse a uno mismo y el hecho de llorar a mares después de la entrevista con el jefe de Ibiza, fue muy revelador: No era mi momento de volver.
Así que, A Sevilla me fuí, con Itxaso, esa mujer maravillosa con la que muchos desearían compartir parte de su vida. Retomé proyectos de cooperación, en Chios, Grecia, (con SMH; vascos) y en el sáhara (con amigos saharauis de granada), con refugiados, y fui capaz de rechazar el sueño de mi vida: trabajar en MSF. En ambos lugares volví a sentir esos pequeños momentos de iluminación, de ser plena y de estar donde uno debe de estar. Conocí a Mario, Nerea, Gemma, con quienes compartí afinidades increibles en muy poco tiempo, y se volvieron grandes amigos con los que hemos mantenido el contacto.
2019 fue un año de aprender a adaptarme a las incertidumbres de la vida, al adónde ir, con quién etc. Fue dificil, pero necesario, después de tantos años siguiendo el “camino” establecido socialmente. La guinda del pastel fueron las peores navidades de mi vida, con mi padre en una de sus peores recaídas. A nivel personal, interesante conocer hasta qué punto me he vuelto o soy cínica, e incluso he deseado la muerte de mi padre (no me quiero cortar al decirlo) porque no soy la única persona en el mundo que haya pasado por situaciones así.
Y bueno, en esas estaba cuando llego el 2020 y con él, el COVID 19. UNA PANDEMIA MUNDIAL. La que hemos liao'. Los chinos más bien, jejeje Visto lo que se nos venía encima me puse a buscar trabajo en Sevilla y me llegó un video de Melilla (qué? Dónde está eso? Pero ahí vive alguien?) de un pediatra diciendo que estaba sólo y necesitaban gente. Y yo, pues moviendome como el viento dije, por qué no. Trabajar con inmigración, en España, me ofrecen buen trabajo. Ahí me fuí, y desde ahí estoy escribiendo, un 31 de diciembre de 2020, de guardia.
A pesar de los millones de muertes, de la parálisis total de la economía, de la crisis económica y social que se ha dado en prácticamente todo el mundo, para mí... ha sido un buen año. Pues sí, bastante bueno. Un año de parón, de reflexión, de adaptarse a la situación nueva y de saber vivir con la incertidumbre. Confinamiento, estado de alarma, aeropuertos cerrados, bares cerrados, todos con mascarillas, aislamiento social sin contacto físico... en este escenario escalofriante, yo me mudé a una ciudad nueva en la que estoy muy a gusto. He conocido a gente también maravillosa (qué suerte que tengo siempre!) y tengo un buen trabajo. Ni que decir que el COVID no ha hecho ni cosquillas a los niños y no estoy aprendiendo toda esa medicina de guerra que también me llamaba. Dije y reitero que no me iré de aquí hasta que no abran la frontera y conozca Melilla de verdad. Pero bueno, ya me voy conociendo y mira, ni un año, ya estoy buscando cómo irme aquí o allá de cooperación, de viaje... jejeje. Lo veo como una necesidad (patológica?!) de aprendizaje y descubrimiento continuo. Qué aburrida la vida si no! Incluso pasando la crisis de los 30, todos esos miedos a estar sola, a no tener un campamento base, a las consecuencias de tanto ir y venir... no ha estado tan mal. La solución ha sido aplazar dicha crisis a los 35, que por ahora estoy muy bien así :)
viernes, 29 de diciembre de 2017
DOSmilDIECISIETE
martes, 2 de junio de 2015
Vivo en un lugar maravilloso
decir que estoy en uno de esos momentos de la vida en el que he empezado una nueva etapa, y con unas perspectivas increibles. En esos mundos de incertidumbre sobre el
destino de nuestra vida, intúi el camino, trabajé en ese sentido y heme aquí. En granada. Siendo residente de pediatría. No diré nunca que siempre fue mi sueño. Porque
sería una gran mentira. Nunca fue mi sueño ser pediatra, yo soñaba con las estrellas y los libros. Con escribir poemas y llegar a conocer el universo. Pero la vida
cambia, es transformación constante. Es y somos evolución. De pequeña nunca soñé que sería pediatra, pero cuando he ido creciendo, he descubierto hacia dónde quería
ir. Y es una gran suerte saberlo. Algunas veces, tal vez, os cuente que de pequeña hubo ciertos momentos en que pudieron abrirme los ojos a este mundillo, quien sabe,
otras veces pienso que son excusas que me invento pensando mi vida hacia atrás.
Soy feliz y me siento afortunada, y mucho. Me considero afortunada porque sé que hay personas que trabajando igual o más que yo por sus objetivos no los llegan a
conseguir, y yo sí. Me siento afortunada porque, hasta la fecha, nada de lo que quería me ha salido mal, y aun temo que llegue ese momento y me lleve un batacazo.
Suerte, que es la suerte si no un punto de vista. Lo que para mi ha sido un sueño: vivir en Granada y hacer pediatría, para otros hubiese supuesto el calvario de
marchar de casa, con lo que me gusta a mi huir. Así que tal vez sea que me sienta afortunada porque sepa ver siempre el lado bueno de las cosas, o tenga una capacidad
asombrosa de ignorar las que no lo son. Por que las hay, las hay de putadas en la vida que uno no se puede ni imaginar. Que por mucho que te hayan puteado y creas que
sea imposible estar más jodido, siempre habrá alguien en peor situación que tú. La cuestión es como lo afronta cada uno. Y parece que se me da bien afrontar los
problemas.
A todo esto he podido disfrutar de mis dias de yupi absorta en mi ilusión por ser pediatra. Pero mi mundo no se acaba aqui. ni mucho menos. eso de presentarme como
"soy la pediatra" se me queda corto. o "la resi de pedia en el san cecilo", me duele aun más. Duele, porque creo que las personas somos mucho más que eso. Ni somos una
profesión, ni una edad, ni un nombre. Soy, tal vez, de esas personas a las que señalan por hacer cosas "absurdas" o salidas de lo normal. Sentarte en un bar sola? qué
tiene de malo. Tener una conversación existencial con un desconocido? Me encanta. No quiero tener ni una conversación más en mi vida que empiece con un hola que tal
cuantos años tienes a qué te dedicas. matameantes. Abogo por las preguntas absurdas, por las conversaciones sin hilo, por los silencios bienvenidos y por recuperar la
sencillez de vivir. De ser feliz.
En fin, me doy cuenta que puedo resultar extraña, a veces me lo parezco a mi misma.
Pero cada vez esa extraña está más segura de ser sí misma
domingo, 30 de marzo de 2014
Tornem-hi
I és que feia temps que no tenia raó alguna per motivar-me. He tornat a Barcelona, la ciutat que m'ha acollit els passats 6 anys i últimament em tenia abraçada en una monotonia que, esper, pronte s'estigui acavant. Entre els estudis i més estudis, m'he tornat a retrobar en aquell santuari en el que tantes hores hi havia passat. Es allà on no hi ha altra cosa que fer que pensar, pensar i deixar-te dur a dins de l'aigua... o més enllà.
I en aquell més enllà vaig començar a divagar, com tant m'agrada fer. Que curiós, han passat uns mesos i hem passat d'una mirada qualsevol a una conversa al bus que, casualment, em duia a casa. Perquè crec que les casualitats no venen sempre per elles mateixes, hem de buscar-les. Que tancada a casa sense sortir no coneixeràs l'amor de la teva vida, ni podràs coneixer ni tan sols el món que t'envolta.
Pas a pas, paciència.
Però entre dia i dia que passo esperan-te, reflexiono si ets tú, o és la situació.
Ets tú, la persona que s'apassiona pel que fa. Ets tú qui viu la vida al 100%. Qui em somriu. Qui és capaç d'explicar a una desconeguda a l'autobús que no sap que fer, a on parar. Inclús dir-me que et quedaries allà on trobessis l'amor de la teva vida, i jo al costat.
És la situació en la que una mica de llum m'allegra es dia. Em fa tenir ganes de que arribi dilluns, per veure't. És la situació en que vull veure el meu futur, amb una persona com tú. Però com aferrar-te a una estabilitat quan sóc un cul inquiet, quan no puc ni mantenir el que tenc, quan em mor de ganes de sortir correns.
Com diferenciar si ets tú, o la situació.
Només puc esperar a que agafis el mateix bus, i saltar-nos la parada.