No vale pedir disculpas mil veces
cuando el perdón no se gana en un minuto,
lo siento.
Ni me vale arreglarlo ahora
y hacer más largos los segundos
sin verte.
No me vale alcanzar sueños mientras duermo.
Y sé que mucho menos te vale a ti,
a fin de cuentas, el error siempre ha sido mío.
Ojalá valga el tiempo y pase lento,
y (olvides) perdones,
a riesgo de olvidarme a mí.
1 comentario:
no, no vale... pero a veces toca adaptarse a lo (des)hecho.
Publicar un comentario