sábado, 3 de septiembre de 2011

Un calvo quita a otro calvo

4.35 AM: Buenas noches, gracias por traerme. Nos vemos en 5 horitas, descansa. Abro la puerta del coche mientras pienso la manera más apropiada de despedirme. Espero que haga buen tiempo, digo alargando el momento. Cierro la puerta, imaginándome dándole un beso. Disfruta los 20 minutos que me tienes de ventaja. Unas risas adormiladas y unas gracias. Me voy a la cama.

Es el roce, el cariño. La confianza de ir en coche contigo y que piensen lo que quieran. Que me dejes en casa. Silencios que dejan de ser incomodos. Conversaciones que disvarian porque tenemos mil cosas de las que disvariar. Que me despiertes cuando llegues de fiesta. Que hablemos.

Y a todo esto ya se sabe, un calvo quita a otro calvo. En este caso con pelo. Que no, que no penseis lo típico. Porque escribo esto al ponerse de por medio la lluvia. Y escribo esto sabiendo que es el hombre perfecto, es la chispa que falta, es lo que siempre hemos dicho... ya lo tengo guardado por escrito.

Yo seré la dama de honor

1 comentario:

Cheshire Cat dijo...

Pobres calvos, qué te han hecho?