domingo, 28 de abril de 2013

Domingos

No hay nada como hacerte un te con leche un domingo por la tarde para que te vengan ganas de relajarte un rato y escribir.
La verdad es que este, mi primer domingo cordobés, he echado en falta levantarme en casita, tomar mis tostadas con queso en la terraza y leerme el magazine y la pronto de cada domingo, y de los anteriores pasados fuera de casa. Si es que como en casa no es está en ningún lado. Pero para amenizar mis penas, un buen desayuno, y libro en mano me voy a dar una vuelta por la ciudad, a recorrer esas esquinas aun desconocidas para mí. Todo después de pasar un sábado de esos perros perros en el que no hice más que pulular por la residencia esperando señales de alguien con quien compartir un rato de tiempo muerto, aunque sea online.
Si es que las personas no sabemos estar solos. Pocos son capaces de disfrutar de la soledad, de aprender de ella. "Estamos constantemente conectados (a internet y redes sociales) y eso nos da la sensación de compañía sin someternos a las exigencias de la amistad".
Y puntos suspensivos...

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