viernes, 17 de mayo de 2013

Personas

Siempre he creído que soy un poco especial, como todo el mundo. Y sin echarme flores. Simplemente creo que aun no me conozco bastante ni tengo la autosuficiencia como para poder ser feliz, y eso que lo aparento. Y no digo que sea una miserable, ni mucho menos, pero mi sangre corre con un equilibrio más que justo de hormonas y mi personalidad se balancea entre esa persona simpática y la seria-depresiva que se esconde tras las entradas de este blog. Pues eso, especial a mi manera.

Y aquí me hallo. Viernes. Córdoba. Intercambio. En casa. Es de esas noches que sientes que lo que buscas no lo encuentras, que no eres lo que quieres ser. Rodeada de un grupo de nuevos amigos que vienen y van, que vuelven y preguntan lo mismo, porque tu no te acuerdas de su nombre y a ellos simplemente les suena tu cara. De gente que conoces en poco tiempo. Y gente que pocas veces se interesa por conocerte: Ya sabéis, eso de tomar una cerveza y hablar un rato, de todo, de nada. De mi gato y de mis pajas mentales. De las cosas en común. De que es lo que te hace feliz en esta vida, de si tienes suerte de tener una pasión. Y es que cuando las conversaciones de verdad escasean y las copas de más florean, te mueves en un círculo de relaciones superficiales hacia conmigo, porque yo así siento,  aunque para los demás parecen significar algo más. Esa gente que parece hablar más de lo que saben escuchar.

Y es curioso como el viajar y conocer gente es algo tan bien valorado. Porque a veces lo dudo. Dejas de lado a quienes te quieren y quienes te conocen y vuelves a empezar de cero. Cuesta, cansa, y pocas veces ganas un verdadero amigo en el destino. Aunque, la cara bonita del asunto, es que aprendes de todo aquello que te puede decir la gente (si es que quedan aun de esas conversaciones interesantes). Y el destino. Aunque cada vez estoy más segura de que son pocos los sitios te quitan el aire. Al final a mayoría de los destinos son lo que son por las personas que van contigo.

En todo esto ando mientras pensaba en cómo me gustaría tener por aquí a Triu,y lo mucho que ambas necesitamos una buena dosis de conversaciones. La que me conoce, la que me aporta siempre algo nuevo y con quien cualquier rincón del mundo sería precioso.

1 comentario:

Cheshire Cat dijo...

Y lo que daría por estar ahí contigo...