domingo, 2 de junio de 2013

De lo místico

No encuentro palabra adecuada para titular esta entrada para que refleje lo lo surrealista de la situación. La verdad, también me es difícil sacar la energía de mi pequeño corazón para asimilar lo que me está pasando y, como tantas veces he hecho, escribirlo, leerme, y hacerme consciente de la realizad. Igual necesito una dosis de mi rincón ante el mar, correr hasta que salga el alma por la boca y que me llegue a la cabeza todo cuanto necesito saber, sin más.
Es nuevo. Es fuerte. Es increíble. Conectar con alguien de dicha forma, pasar horas y horas juntos sin darte cuenta y sentir que los silencios son tan agradecidos como cada vez que escuchas hablar al otro. Ser feliz, por ejemplo, desde las once de la noche, cuando sé que vas a venir a las doce. Química. Todo místico. Todo espiritual.
Y lo jodido del asunto es que cuando quieras alcanzar el máximo representante de lo espiritual, no puedas.Y lo digas, y todo lo de antes valga una puta mierda. O dirás que no, pero es lo que me haces sentir. Y que sea yo la culpable.
Seguiría hablando, pero prefiero no volver a hundirme en la miseria, gracias.

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